LIBERTAD ABSOLUTA DE CONCIENCIA
El Templo de Salomón como centro simbólico
Al describir el pensamiento arquitectónico medieval –escribe Sedlmayr- es casi imposible evitar los reflejos del “sentido simbólico” que caracterizan la arquitectura del periodo. En la consideración del templo de Salomón como edificio centralizado los aspectos simbólicos juegan sin duda papel de primer orden, y debieron contribuir a ello frente a la evidencia bíblica la identificación de la Cúpula de la Roca con el antiguo templo de los israelitas.
El círculo o las formas poligonales regulares que a él se asimilan son para San Agustín Símbolo de virtud.
Para Sicardi en el siglo XIII , las iglesias circulares son imágenes son imágenes del mundo y de la corona eternas. El círculo es la forma geométrica que alude a la infinitud y que representa la perfección y el cielo en culturas arcaicas muy diversas. Su identificación tácita con Cristo y con la iglesia, se realizaba, por tanto como un proceso lógico de asociación de ideas.
La identificación medieval entre toda la iglesia y el templo de Salomón se ve reforzada por multitud de pasajes evangélicos. Nada por tanto tiene de extraño que el esquema fundamental de la cruz inscrita en un círculo se encuentre en casi toda la arquitectura cristiana, es la representación de la cruz inscrita en un círculo del cielo y el cuadrado de la tierra. Por otro lado el círculo es la representación del CENTRO, del lugar donde reside el poder y el punto donde cielo y tierra se comunican.
Todo indica que el templo de Jerusalén podía asumir de modo natural un simbolismo circular, central cuya materialización arquitectónica podía perfectamente producir una iglesia circular o poligonal cubierta con una cúpula. Así los templarios en el mundo de la tradición judeo-cristiana tomaron como por símbolo el templo de Salomón, que debía tener entonces un significado puramente ideal, como la imagen del centro supremo.
Tras la última destrucción del Templo de Jerusalén por las tropas de Tito (70 d.C) y el aplastamiento definitivo de la resistencia judía, la explanada del Templo quedó abandonada. Resulta sin embargo muy curiosos ver el proceso seguido por los cristianos respecto a la localización y veneración de los Santos lugares mencionados en las Santas escrituras; mientras Jerusalén fue una ciudad cristiana sólo unos pocos puntos urbanos fueron objetos de atención especial. Después de la conquista persa (614d.C) y posterior caída en manos del Islam (638 d.C), se inicia la búsqueda frenética de lugares que atraigan al peregrino y anclen los recuerdos colectivos a puntos determinados del espacio físico.
Es entonces cuando la explanada del Templo y sus edificios empiezan a ser mirados como reliquias que el cristiano debe apreciar en el doble papel de “recordatorios” y “santuarios”. El proceso es lento y por lo que se puede deducir de los textos que escriben los peregrinos, el templo de Salomón o el Templum Domini comienzan a ser identificados y venerados después de la construcción de la Cúpula de la Roca. La cúpula de la Roca fue levantada en el 72 de la Hégira (691-92d.C).
Su forma y las circunstancias así como las circunstancias que determinaron la aparición de este edificio han dado lugar a un amplio campo de trabajos de interés relativo para el tema que nos ocupa. A menudo se suele señalar la forma extraña de la mezquita:Un gran edificio octogonal con doble deambulatorio interior, cuya parte central está cubierta con una cúpula aupada en un tambor circular. Más que una mezquita es un monumento de peregrinación venerado, gigantesco relicario que encierra a LA ROCA, extraño monolito cargado de resonancias y connotaciones para las tres principales religiones monoteístas.
“Sólo a través del antiguo personaje de Abrahan podía haber adaptado el antiguo simbolismo de la Roca a la nueva fe, puesto que en ningún símbolo estrictamente musulmán parece haber estado relacionado con ella en una fecha tan temprana”. Pero sea cual fuere la motivación concreta que llevó a la construcción de la cúpula, es cosa cierta que los judíos ya habían identificado la Roca como el lugar donde se apoyó el Arca de la Alianza, donde Jacob tuvo la visión de la escalera celestial y Abrahan estuvo a punto de sacrificar a Isaac.
Los cristianos añadieron además numerosos “recuerdos” de la vida y pasión de Cristo y de la Virgen: Presentación (del niños-Dios y de María), circuncisión, disputa con los doctores, expulsión de os mercaderes, sitio desde el que predicaba al pueblo, la puerta dorada a por al que entra triunfante el Domingo de Ramos etc. Tras la toma de Jerusalén por los cruzados (1099), una distinción empieza a establecerse entre el “Templum domini” (cúpula de la Roca) y el “Templum Salomonis” (Mezquita de El-Aqsa).
Por supuesto que los dos edificios son desde ahora cristianos; el primero está regentado por canónigos regulares de S. Agustín y el segundo sirve como iglesia particular a los Caballeros del Temple que reciben este nombre precisamente por haberse instalado en el solar del edificio salomónico.
La precisión del que el “Templum Domini” de los cruzados fue hecho por el propio Salomón ( los evangelios Apócrifos no dudan en situar ciertos episodios en la vida de Cristo en el Templo de éste), más la localización en el interior del mismo de todos los objetos y lugares vinculados al antiguo Templo nos obliga a pensar que tradiciones distintas y funciones contemporáneas se superponían.
El restablecimiento de los Templarios en El-Aqsa, más la forma rectangular de la mezquitaFavorecían la denominación templum Salomonis. Por otra parte la perfección de la Cúpula de la Roca, su posición como iglesia octogonal en el centro de la explanada, unida a la veneración de judíos y musulmanes, hacían difícil el que no se localizasen allí los acontecimientos más importantes de la historia sagrada. Así en los siglos XII y XIII va a cristalizar una curiosa división funciones para cada uno de los templos.
En el octogonal con cúpula, se situaban además de los sucesos y objetos ya mencionados, los episodios de la vida de Cristo: discusión con los doctores, expulsión de los mercaderes y, especialmente la circuncisión. En el otro templo tendieron a localizarse pasajes vinculados a la Virgen María.
A pesar de que la identificación del Templo de Salomón con la Cúpula de la Roca no estaba, como vemos, totalmente clara en el siglo XII, una serie de factores iban a reforzarla a lo largo de los siglos siguientes. Está por una parte su función como símbolo de la nueva iglesia fundada por Cristo, claramente expresada en las inscripciones puestas por los cruzados (entre otros letreros Guyanés Wirziburgensis nos transmite, hacia 1165, el siguiente: “Bene fundata est domus Domini supra firmam petram”).
Era lógico que esa iglesia se asentara sobre la antigua que usase “el mismo edificio”. Por otra parte, ya lo hemos mencionado, la fascinación de tal construcción en una plaza gigantesca, pavimentada de mármol, no debió ser escasa. Nada parecido podía entonces comparársele en Europa (En T. Tobler, Descriptiones… Op. Ciit pp 207 y 208. La imagen de un edificio centralizado en una plaza despejada, que tanto parece haber obsesionado a los artistas del Renacimiento, debe haber tenido su origen en los recuerdos vagos y en las descripciones de Jerusalén).
La influencia del Templo de Jerusalén se plantea de modo más claro con las iglesias centralizadas atribuidas a los Templarios. Como es sabido la orden fundada en 1118 por Hugues de Payens fe al principia aloja en el palacio del Rey Balduino II (la antigua mezquita de El-Aqsa).durante nueve años se mantuvieron en una lenta gestión hasta que en Febrero de 1128, su regla fue aprobada en Troyes. Una expansión prodigiosa permitió a la orden multiplicar sus fundaciones no sólo en oriente sino en los países occidental es:. Lo s Reyes de Jerusalén trasladan su residencia a la Torre de David y los templarios se convierten asió en propietarios de este “Templum Salomonis” que les habría dado nombre. No conviene sin embargo perder de vista que el Templum Domini siguió siendo regentado por los canónigos de San Agustín., esto parece reforzar la tesis de Lambert para quien el problema se reduce a los siguientes puntos:
- Muchas iglesias centralizadas atribuidas a los templarios no habrían pertenecido nunca a esta orden (algunas tienen carácter funerario.
- La mayor parte de las iglesias pertenecientes a los templarios no son centralizadas.
- En las iglesias centralizadas pertenecientes a los templarios no habría ninguna influencia de la Cúpula de la Roca; se trataría entonces de imitaciones de otros edificios occidentales o de casos muy particulares como el de Segovia o Tomar.
Pero el “positivismo” de Lambert pasa por alto algunos datos de interés. Sabemos por un lado, que el gran maestre de la orden del Temple Achard d’Arrouaise contó en un poema latino los acontecimientos maravillosos vinculados a la Casa del Señor asi como su aspecto con ricos mármoles y mosaicos…
En 1142 la iglesia tuvo su consagración solemne como con participación del legado Alberio, el Obispo de Ostia, del Católicos de Armenia y de otros numerosos prelados de oriente y occidente. La Cúpula de la Roca podía figurar con todos los honores en el escudo de los Reyes de Jerusalén junto al Santo Sepulcro y la Torre de David. También era lógico que los Templarios adoptaran este edificio como símbolo de su orden.
Su proximidad a él estaba además reforzada por una serie de simbolismos de inequívoca tradición con el Templo-Cúpula de la Roca. La tienda del Gran Maestre era redonda y evocaba al Tabernáculo y al “Templum Domini”. En el famoso “Bucéfalo” o estandarte de los Templarios se podía leer “Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da Gloriam”. Parece que estos caballeros tenían devoción especial por el evangelio de San Juan, y sería precisamente su deseo de realizar en la tierra la Jerusalén Celestial lo que les habría llevado a usar simbólicamente el Templo de Salomón.
Ellos serian defensores y servidores del Templo visible (y del Santo Sepulcro; recuérdese la “proximidad” entre ambos edificios) en tanto en cuanto éste era una prefiguración del Templo místico o ideal. En este contexto creemos que puede ser, muy conveniente el reexamen de algunas iglesias centralizadas que, con una aceptable verosimilitud, se pueden vincular a la orden de los Templarios. Quizás la clasificación de ciertos ejemplos significativos permita una relectura del problema en su totalidad.
Iglesias de París y Londres
La iglesia de París es sin duda la más importante de los Templarios en Occidente. Y aunque fue destruida en 1811 es, bien conocida gracias a descripciones, dibujos y planos. El núcleo primitivo, antes de los añadidos longitudinalmente del coro y de los pies, era una rotonda construida hacia mediados del siglo XII. Media 20 metros de diámetro aprox. Lo cual es bastante para una iglesia centralizada. La disposición interior constaba de un anillo de seis pilares que creaba un espacio central, cubierto con cúpula, y un deambulatorio. Este tenía rudimentarias nervaduras que formaban en la planta triángulos equiláteros e isósceles, de modo tal que cada tramo “libre” interior recibía un contrafuerte central al exterior. Viollet.le-Duc afirma que el trazado se había obtenido mediante superposición invertida de dos tr9iángulos equiláteros. Este era el Sello de Salomón y David, alusión directa al Templo que tan especial significación tenía para los templarios. Su forma circular, con posteriores añadidos longitudinales, recuerda más al Santo Sepulcro, pero las evocaciones simbólicas están más próximas a los significados de la Cúpula de la Roca.
Con la Iglesia del Temple de Londres nos encontramos ante un problema muy similar. Es evidente su parecido con la de París y no es aventurado suponer una influencia directa. La rotonda fue consagrada en 1185 y es, por tanto, posterior al supuesto modelo francés. Lambert señala también que el “old temple” era al parecer de planta circular. La abundancia de estructuras similares en Inglaterra le lleva a aventurar la existencia de una tradición local que sería anterior a la introducción en ese país de la orden de los templarios. Esto sin embargo no soluciona el problema. Faltaría entonces saber por qué los templarios adoptan esta “tradición” en iglesias de importancia como Londres o París. También habría que explicar el origen último de esas tendencias a la construcción de iglesias centralizadas. Nada impide pensar en una influencia hierosolitana anterior a la llegada de los templarios a Europa; ésta podía haberse reforzado y cargado con nuevas connotaciones (especialmente la salomónica) cuando los caballeros del Temple se instalan en los países occidentales.
(*) Templaris