LIBERTAD ABSOLUTA DE CONCIENCIA

El Rito Francés: Rito de Tradición

 

Ciudad de Estocolmo Suecia

«Los objetivos originales fueron olvidados, formulados y entendidos de formas diferentes, nuevas. Pero sobrevivieron los portadores de la Idea original y se revivieron las Logias.»

Nuestra primera tradición, clave de nuestra Orden, y es ser Centro de Unión más allá de las diferencias de las opiniones. El coloquio de esta jornada versa sobre este título, la Comunión Fraternal y la puesta en marcha hacia la armonía, y la elección individual de vivir la en plenitud completamente, su Ser y su objetivo último, dentro del funcionamiento social.

Comenzaré pues esta exposición por agradecer todos los que han permitido y organizado este Coloquio, que son los Capítulos “La Edad del Hombre” y “La Sincera Unión”, pertenecientes al Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia y a su Dignatario el Muy Sabio Jacques Plumet, así mismo saludo al representantes y la Gran Logia Nacional de Francia y al Gran Maestro Jean Charles Foellner, así deseo saludad al Gran Maestro Provincial del Valle de la Ródano, Jacques Studer.

Tengo mucha emoción, y mucha alegría por encontrarles a todos, mis Hermanos, y darles la bienvenida en este reencuentro de Lyon. Gracias a todos; mis Hermanos del GOdF y de la GLNF y espero que este coloquio sea también la ocasión para destacar el trabajo de René Guilly a quien debemos tanto por la restauración del Rito Francés

Nuestros Reglamentos que nos vinculan con la Gran Logia Unida de Inglaterra y los juramentos que se derivan limitan muchas esperanzas de un futuro diferente, ya que hay cuestiones capitales como las intervisitas Obedienciales y logiales y la presencia de Mujeres en la Logia. Hay que decir a este respecto que el Mundo no es inmutable. Ya que Inglaterra hoy reconoce a los talleres Príncipe Hall, y como no a varias Grandes Logias Americanas. Todo ello construye el futuro, y es hora de que construyamos entre todos el conjunto.

Existen diferencias entre las Obediencias y eso es también una riqueza. Somos iniciados. Estas diferencias no son obstáculos para la Fraternidad, sino una riqueza para el diálogo. Diciendo esto, decir que estamos aquí en el Centro del Espíritu del Rito Francés.

Somos los herederos y los eslabones en la cadena de la Tradición. Vamos a ver durante esta exposición que Religión y Laicidad son dos corrientes que se codearon con al Rito Francés desde sus principios. Veremos también la importancia que tuvo el Rito Francés en la elaboración de antagonismos estériles, para desembocar en una complementariedad productiva.

Esta exposición se centrará en la Tradición de nuestro Rito, tomada desde su aparición en el Siglo de las Luces hasta nuestros días, ocupando un lugar fundamental la Francmasonería.

Se declinarán tres grandes partes, la Francmasonería y las Luces, y como no los problemas vinculados con la religión, en fin las especificidades del Rito Francés.

En una primera parte presentaré a la masonería en el contexto del siglo XVIII, luego veremos sus vínculos con las Luces.

Lo que está en juego del Rito Francés al siglo XVIII

Yo distinguiría cuatro cuestiones que están en juego para el desarrollo de la Masonería naciente:

Lo iniciático: Con la puesta en marcha de los Rituales, sobre el fondo y la forma, administrativa y con la aparición de la autoridad obedencial y filosófica, y con el debate que se emplaza en el seno de las logias sobre lo religioso o político y social. Lo cual definen un axioma y un eje: la apertura progresiva a la Fraternidad Universal.

El Rito Francés no es francés, y es previo al Rito del “ Antiguos”. En nuestro país, (Francia) es la consecuencia del Rito inglés de 1717, importado hacia los años 1726 y se practicó sin discontinuidad desde el principio del siglo XVIII en Francia, por supuesto, y también en Holanda, en España, en Bélgica… Sólo se llamará “Moderno” por la decisión implícita que Dermott oficializa en 1751 en su Discurso a la Sociedad de los “Antiguos”.

Se le llamará “Francés” durante del siglo XIX, para distinguirlo del Escocismo ascendente. La puesta en marcha del Rito en la segunda mitad del siglo XVIII por el Gran Capítulo General de Francia y la Cámara de Grados, no retiran nada de la carta, así como del espíritu de su práctica, al contrario. Es pues claramente el Rito de fundación de la Francmasonería.

Al final del siglo XVIII, se informa de que en Francia las Logias practicaban Rituales diferentes. Era un problema, cuando hoy aún la Gran Logia Unida de Inglaterra autoriza numerosas variaciones en la práctica del Rito Emulación. Ciertamente entonces, había variaciones en la práctica masónica de una logia a otra. El estudio de los viejos Rituales muestra las divergencias en los escritos en las prácticas a veces importantes.

Algunas logias por ejemplo, tenían rituales muy cristianizados. Pero en general, los Rituales se parecen mucho, en gran parte porque los Hermanos que componían las logias militares, o los miembros del clero, los nobles, y burgueses que se desplazaban por los talleres determinada ese ir y venir en una cierta homogeneidad en los rituales.

Usos masónicos que chocaban entre sí iban estableciendo a la vez un progresivo desarrollo anárquico de los Altos Grados. Los comportamientos de privilegios asignados en el estamento masónico con los Altos Grados, se pregunta el porqué unos eran torpes y recibían esos Altos Grados, y otros argumentaban que esas consideraciones suponía romper la idea de una igualdad entre los miembros de un mismo taller. Citemos el derecho de interrumpir al Venerable Maestro, o el derecho de tomar la palabra sin autorización, o de salir en cualquier momento de la Logia, o sentarse ostensiblemente sobre el suelo para un Alto Grado Rosa Cruz, para protestar si el Venerable hubiera omitido observar sus virtudes. Todo esto favorecía un gran desorden al cual era necesario poner remedio.

Los Venerables lo eran vitaliciamente. Las Logias eran independientes, o giraban en torno a Logias-Madre. Distintos Grandes Maestros se han sucedido durante este siglo, pero pocos dejaron un recuerdo positivo, o no se han mostrado eficaces, o incluso fueron justificados por la administración de las Logias y la Orden cuando en realidad sus trabajos fueron deficitarios.

La Masonería se desarrolló y se pudo perpetuar, no como un hecho en sí mismo, sino como el resultado de la Fe de los Hermanos en lo que practicaban, un trabajo masónico que era el resultado de su dedicación y su Fraternidad. Significo a veces el desafío al Gran Capítulo

En general, primero en Gran Capítulo y luego la Cámara de Grados quienes pusieron en orden los Rituales de las Logias y los Capítulos, para validar un espíritu de Orden en las Logias hasta ese momento poco federadas.

La Francmasonería que renació a mediados del siglo de las Luces lo hizo separada de los poderes religiosos y políticos, y reales. Esta característica emblemática de nuestra Orden y de nuestro Rito hace que sea la más antigua asociación laica de Francia.

Consecuencias, conoció prohibiciones. El cardenal Fleury prohíbe la Orden en 1737, y el Teniente Hérault hizo de múltiples pesquisas y requerimientos en los establecimientos que recibían a Masones. Disponemos así de numerosas fuentes históricas. Que nos indican que para sentar su libertad de reunión la Orden buscará entre los Grandes del Reino un apoyo paternalista, a veces colocando en la cumbre de su organización nombrando a personajes, como Philippe Égalité, generalmente sin gran carisma.

La Masonería no admite en su seno los debates religiosos y políticos. En la logia se trata de evitar los temas que se enfadan y enfrentan Un Ritual antiguo, Instrucciones Necesarias para tenerse una Logia de Francmasones precisa: “Para mantener a esta buena Unión no se debe nunca hablar en la logia de Materias como la Religión o Política. Es difícil que se pueda disputar sobre estos temas sin acidez así se debe dejar a cada uno esta especie de sentimiento extranjero a nuestra Orden, se evitará pues, causar en todo lo que puede peleas, y se dejará de llevar adelante de venganza, bien solucionados de reconciliarse de buena fe entrando con todo los que son Hermanos y olvidar todo lo que se pueden lo haber tenido contra'”.

Evitar hablar política o religión en la Logia. Roettiers de Montaleau, Digno Maestro de la Logia “Le Centre des Amis” lo recordaba: y daba por prohibida toda marca distintiva, en particular revolucionaria. Un tiempo perturbado dónde se había visto florecer los símbolos Republicanos enarbolados por los Hermanos durante las tenidas.

En este medio social representado en el seno de las Logias. Los Antiguos” se desarrollan en Inglaterra en parte para democratizar la deriva elitista de aquéllos que designaban como “Modernos”. Algunas Logias en Francia como “Le Candeur” en París que frecuentaba Pierre Laclos, reclutaban a sus miembros en los medios aristocráticos. Barruel decía “que le constaba que Masones más decorados en el mundo con todos los títulos de la nobleza conspiraban en sus logias contra el orden mismo de la nobleza, y sobre todo contra la monarquía y la Religión. ”

Numerosas Logias sin embargo estaban abiertas a otros medios sociales sin que fuera necesario hacer demasiado angelismo durante el período pre revolucionario. La Masonería permanece en aquellos momentos cerrada a las clases más humildes. Las cosas van a ser muy diferentes en período post-revolucionario donde aparece un espíritu de universalismo.

El Rito Francés y las Luces

Si la Masonería no fue el motor de la Revolución, sus miembros siendo para algunos Revolucionarios, y para otros opuestos, transportó claramente las ideas revolucionarias y participó, como no en su evolución. Ningún de los filósofos de las Luces tiene superado este período, pero sus ideas se discutían en las Logias. El espíritu de las Luces devuelve el culto de la Naturaleza o al Ser Supremo, y como no al culto de la Razón científica, y de los grandes hombres, a la religión civil, y a la propia Masonería.

Por necesidad, los veremos, en el diálogo entre Fe y Razón que se establece entre las columnas, así como el espíritu de igualdad entre el Hombres,y el derecho a ejercer su libertad de conciencia. Las Luces encendieron las logias al siglo XVIII. Pero la Orden no impregnó de las ideas nuevas, ella las transformo e hizo que se divulgasen esas ideas nuevas.

El lugar de la Razón, en la primera época pre- révolucionaria no es la mismo que algunos años más tarde. La Francmasonería post- revolucionaria, a nivel filosófico y composición social, no es ya la del período pre- revolucionario. Nada hay de asombroso que la declaración de los Derechos del Hombre de 1789 sea discutida por la Asamblea Nacional de Francia bajo la Presidencia de Marqués de Mirabeau, miembro de nuestro Orden.

La Masonería en Francia, en América, siempre colonizada, en Inglaterra, ha nacido en este siglo de las Luces, a cuya proyección más significativa para la Humanidad fue la de retirar al Hombre de la influencia de las Religiones establecidas. La responsabilidad individual, en los ámbitos personales y sociales, toma el paso sobre una dependencia-enajenación a los dogmatismos religiosos, como y sobre todo con referencia al poder eclesial. Las reflexiones éticas y filosóficas se hacen laicas bien avanzado el año 1789.

La tolerancia, las diferencias de las ideas u opiniones, la aparición, no sin numerosas sacudidas lejos relegarse hoy, conforma una idea de fraternidad universal que se va instalando progresivamente en la sociedad. La obra no es acabada y siempre reclama la ayuda de de los obreros.

Sin embargo, es necesario ver bien que las Luces no son las mismas de un país a otro, y que su resplandor no puede estar sin una crítica. Ciertamente la Fe en el progreso y una amplia accesibilidad a los conocimientos para mejorar la suerte de cada uno, el desarrollo del espírituenciclopédico fueron parte del fondo común compartido. En América, las Luces señalan las virtudes políticas.

La Inglaterra que sale de los desórdenes vinculados a las sucesiones y de la guerra civil de Cromwell, se centraban en la paz social. El Rito Emulación resultante de la fusión de los “Antiguos ” y los “Modernos” en Inglaterra en 1813 y 1814 ilustra la necesidad de someterse a la autoridad cuando es legítima y de respetar el orden establecido, así como hacer todo lo posible para mantener las buenas relaciones entre las personas.

Por ejemplo, para la Exhortación durante su Instalación, se encuentran las palabras siguientes relativas a los Hermanos de la Logia: “Impregne su espíritu y la grandeza y el alto alcance de la Masonería, ordene que nunca sea deshonorada, pide que la practica de los Antiguos Deberes que se inculcaron en la logia sean puestos en practica y de este modo probar al mundo, el hecho de tener una conducta virtuosa, afable y discreta, y feliz y como obra de nuestra Antigua Institución”.

Las perspectivas son diferentes en el Continente, y en particular en Francia, donde las nuevas ideas se desarrollan en torno a la emancipación personal y al culto de la Razón opuesta a la Fe.

La Francmasonería evolucionó en esta esfera de influencia, con a veces, ciertas derivas religiosas en los rituales o incluso del sistema masónico, cuyo prototipo es el Rito Escocés Rectificado. El barón de Tschoudy, en su Estrella Ardiénte, califica en aquellos momentos al Grado de Rosa-Cruz de “Catolicismo puesto en grado”.

Este Grado claramente cristiano en su exotérismo va a discutirse desde el principio de nuestro Orden. Y nosotros lo abordaremos desde su aspecto esotérico.

En una segunda parte, abordaré los problemas de la religión, la existencia o no de dogmas religiosos en el Rito Francés, luego los problemas vinculados al diálogo entre Fe y Razón, y luego por fin, abordaremos algunos aspectos de los vínculos entre Masonería y Religión establecida.

¿El Rito Francés es dogmático?

Para responder a esta interrogación, es interesante examinar las deliberaciones de Gran Capítulo General de Francia, luego convertida en Cámara de Grados en 1782. Y hay que ver la expresión de una comisión de expertos eminentes como lo fue fue, Roettiers de Montaleau en particular, señalaré en primer lugar su papel de hilo de transmisión de una Tradición.

Estos aspectos han permitido construir un sistema iniciático que aún pervive hoy. En efecto, estas comisiones examinaron metódicamente los rituales de la Masonería en sus tres primeros grados , y sobre una gran parte de documentos que trataban de los Altos Grados.

Se componía esta comisión de Hermanos con mucha experiencia en Francmasonería, y pretendieron lograr a través de su trabajo lograr o rescatar el sentido masónico de los Rituales, o rechazar como no masónicos distintos Grados practicados con más o menos insistencia en aquellos tiempos.

En segundo lugar, este trabajo no fue hecho por un único hombre, sino por un grupo de Hermanos de los que puede decirse que reflejaba en gran parte la opinión común de los Hermanos en este final del siglo XVIII. Que yo sepa, la aplicación de estos textos apenas planteó problemas, al menos para los que practicaban dentro esta familia ritual, que se llamará más tarde el Rito Francés. Solo en el curso de la Revolución, la influencia creciente del Escocismo y de Grasse Tilly generó obstáculos a su buena práctica. Si el Rito evolucionó a continuación en el seno del GODF su espíritu se ha salvaguardado es porque la Gran Logia Nacional de Francia y el Gran Capítulo Francés, guardamos la carta de 1785, gracias al Regulador de 1801.

Hay que resaltar la importancia, que el método utilizado era pragmático, sin objetivo preestablecido. Aunque la restauración, la “Rectificación” de los Ritos Masónicos de Willermoz tenía una finalidad, la recristianisación de la Masonería, lo mismo sucedía con la Camara de Gradosa, se avanzó sin una idea preconcebida, logrando el sentido del Orden por la práctica y no por el chapeado teórico que habría sesgado por adelantado el análisis y las conclusiones. En una palabra, puso en escena un planteamiento anticartesiano, no yendo de lo general a lo específico.

El sentido del Rito y su método pasaron en numerosos detalles a la práctica ritual. A segundo Grado del Rito Francés, por ejemplo, sólo después de haber efectuado cuatro viajes como masón en práctica, cuyo aspecto teórico quizá es abordado en el quinto.

 

(*) Philippe Thomas . Supremo Comendador del Gran Capítulo de Francia

Conferencia dictada en Lyon, el 24 de noviembre de 2007