El “Malleus Maleficarum”
El “Malleus Maleficarum”, es un libro cuya fama ha cruzado varias generaciones en los últimos siglos, no por su profundidad literaria, virtudes u otros valores destacables como se pudiera esperar, sino justamente, por constituir el escrito más infame, cruel, inhumano y despreciable realizado nunca en todo lo largo de la historia humana.
LIBERTAD ABSOLUTA DE CONCIENCIA
Las torturas más crueles utilizadas por la Inquisición
El olvido no ocurrirá, porque es imposible desvirtuar o esconder los hechos históricos por mucho tiempo, ni tampoco borrar de un plumazo casi cinco siglos de oscurantismo, barbarie, ignorancia, atraso cultural, persecución enfermiza sobre supuestos herejes de la fe cristiana.
Es imposible esconder la prohibición y destrucción de bibliotecas, apresamiento y ostracismo de científicos e intelectuales y requisamientos y quema de obras literarias, de arte, estatuas, monumentos y piezas musicales.
El proceso inquisitorial, también destruyó la herencia científica de la época clásica, al negar la causa de la ocurrencia de todos los fenómenos naturales y de las enfermedades, en especial las mentales, que se atribuyeron a la acción del demonio, siendo en consecuencia eliminados los cultores de estas disciplinas y condenados por herejes y satanismo estos enfermos.
El Santo Oficio no sólo quería controlar la religión de las personas o eliminar otras religiones. Se persiguió con igual dureza todo intento del pensamiento libre y crítico sin respetar la natural libertad de culto, de asociación, ni credo, ni menos los derechos inalienables de toda persona humana ni su dignidad personal.
La pregunta es:
¿Por qué el Papado se tomó la atribución de juzgar a la gente, de inventar brujas, de sumir al mundo en el terror, de asesinar burdamente en base a supersticiones propias o colectivas a millones de seres humanos?
¿Quién le entregó el derecho de disponer a su amaño de la vida de la gente, de arrestarlos, matar a sus hijos, martirizar a su familia o quitarles la vida mediante atroces torturas?
¿De apropiarse de sus pertenencias, de sus tierras y heredades?
¿De condenarlos a galera o a esperar su juicio por años en los sótanos de viejos castillos, condición en que murieron cientos de miles de ellos?
¡Y no solo eso. Ya muertos, declararlos herejes y quemar sus huesos y restos mortales en la hoguera santa!
¿Por qué destrozar sus cuerpos, dejarlos insepultos o a merced de las alimañas?
¿Por qué quemarlos vivos en la hoguera, de violar el recato de las mujeres denudándolas y exponer su cuerpo a la multitud, de destrozar sus partes íntimas con instrumentos desgarradores para castigar supuestas herejías?
¿Por qué rajar, mutilar, quebrar, desmembrar, sumergir en el agua hasta su muerte a tantas mujeres, a las bonitas, a las parteras, a las pelirojas, a las ancianas solitarias, a las mujeres dementes?
¿Por qué aplicarles la pena de horca, del garrote, del suplicio de descoyuntar lentamente todos sus huesos, hacerles beber plomo hirviente?
¿Qué tipo de odio fué necesario para eso. Qué talla de moral humana hubo en esas sociedades que fueron capaces de crear estos monstruos?
¿Y finalmente, que temía la Iglesia Católica y Protestante, qué trataba de ocultar, qué pretendía con este baño de sangre ...?
Aunque el procedimiento inquisitorial como medio para combatir la herejía es una práctica antigua de la Iglesia Católica, la Inquisición Medieval fue establecida en 1184 mediante la Bula del Papa Lucio III Ad Abolendam, como un instrumento para acabar con la herejía cátara. Fue el embrión del cual nacería el Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio. Se entregaba potestad a los Obispos para extirpar la herejía en su diócesis.
En 1231, ante el fracaso de la Inquisición Episcopal, Gregorio IX, mediante la Bula Excommunicamus, creó la "Inquisición Pontificia", dirigida directamente por el Papa y dominada por órdenes mendicantes, especialmente los Domínicos.
En 1252, el Papa Inocencio IV en la Bula Ad Extirpanda autorizó el uso de la tortura para obtener la confesión de los reos, medidas posteriormente confirmadas por Alejandro IV el 30 de noviembre de 1259 y por Clemente IV el 3 de noviembre de 1265. En ella se decretaba que la herejía era una razón de Estado y autorizaba a la Inquisición el uso de la tortura como medio legítimo para obtener la confesión de los herejes. Esta bula concedió al Estado una parte de los bienes confiscados a los herejes hallados culpables. Los que se negaban a abjurar, "herejes relapsos", eran entregados al brazo secular para la ejecución de la pena de muerte.
La Inquisición Española fue creada en 1478 por una Bula papal con la finalidad de combatir las prácticas judaizantes de los judeo conversos españoles. A diferencia de la Inquisición Medieval, dependía directamente de la corona española. Se implantó en todos los reinos de España donde antes no existía, en Sicilia y Cerdeña y en los territorios de América (hubo tribunales de la Inquisición en México, Lima y Cartagena de Indias).
La Inquisición romana, también llamada Congregación del Santo Oficio, fue creada en 1542, ante la amenaza del Protestantismo, por el Papa Pablo III. Se trataba de un organismo bastante diferente de la Inquisición Medieval, ya que era una congregación permanente de cardenales y otros prelados que no dependía del control episcopal. Su ámbito de acción se extendía a toda la Iglesia Católica. Su principal tarea fue desmantelar y atacar la integridad de la fe, y examinar y proscribir los aciertos y verdaderas doctrinas.
Inquisición portuguesa. Todos los judíos españoles expulsados por la inquisición española se refugiaron en Portugal. El Rey Manuel I presionado por sus suegros, los Reyes Católicos, decretó en 1497 la expulsión de los judíos que no se convirtieran al cristianismo. Por supuesto miles de judíos se convirtieron para evitar ser expulsados nuevamente de un país, pero en privado siguieron practicando sus creencias. En un principio, la Inquisición portuguesa estaba bajo la autoridad del Papa, solo en 1547 este aceptó que la inquisición dependiese de la corona portuguesa.
En 1555 el Papa Pablo IV, comenzó a perseguir a numerosos sospechosos de heterodoxia, entre los que se encontraban varios miembros de la jerarquía eclesiástica, como el cardenal inglés Reginald Pole. En 1600, entre otros, fue juzgado, condenado y ejecutado el filósofo Giordano Bruno, sacerdote domínico, Doctor en Teología, filósofo, astrónomo y poeta. Se le adjudicaban cargos por blasfemia, herejía e inmoralidad principalmente por sus enseñanzas sobre los múltiples sistemas solares y sobre la infinitud del universo. Fue expulsado de la iglesia y sus trabajos quemados en la plaza pública. El Papa Clemente VIII ordenó que fuera llevado ante las autoridades seculares. La sentencia lo declaraba herético impenitente, pertinaz y obstinado. Fue quemado el 17 de febrero de 1600 en Campo dei Fiori, Roma.
En 1965 el Papa Pablo VI reorganizó el Santo Oficio, denominándolo Congregación para la Doctrina de la Fe que sigue funcionando sin tregua hasta nuestros días.
1.- La Sierra
Observando éste instrumento de tortura no necesita muchas explicaciones. Sus mártires son abundantes. Debido a la posición invertida del reo, se asegura suficiente oxigenación al cerebro y se impide la pérdida general de sangre, con lo que la víctima no pierde el conocimiento hasta que la sierra alcanza el ombligo, e incluso el pecho, según relatos del siglo XIX. Era una tortura muy utilizada por la inquisición sobre todo para ajusticiar a homosexuales (de hecho en la ilustración son tres homosexuales los representados). Luego sus restos eran quemados en la hoguera purificadora
2.- La Pera de la Angustia
Eran forzados en la boca, recto o vagina de la víctima y allí expandidos a fuerza por el tornillo a su máxima apertura. El interior de la cavidad en cuestión era irremediablemente mutilada, y casi siempre fatalmente. Las puntas al final de los segmentos servían para cortar mejor la garganta, los intestinos y el cervix. El uso de la pera originalmente fue ideado para aquellas mujeres que habían sido encontradas culpables de la unión sexual con el diablo, demonios y entidades del infierno.
3.- La Rueda para Despezar
La rueda para despedazar. Era el instrumento de ejecución más común en la Europa germánica, después de la horca, desde la Baja Edad Media hasta principios del siglo XVIII. En la Europa latina el despedazamiento se llevaba a cabo con barras de hierro macizas y mazas herradas en lugar de ruedas. La víctima, desnuda, era estirada boca arriba en el suelo o en el patíbulo, con los miembros extendidos al máximo y atados a estacas o anillas de hierro. Bajo las muñecas, codos, rodillas y caderas se colocaban trozos de madera. El verdugo, asestando violentos golpes con la rueda de borde herrado, machacaba hueso tras hueso y articulación tras articulación procurando no asestar golpes fatales. La víctima se transformaba, según nos cuenta un cronista alemán anónimo del siglo XVII, "en una especie de gran títere aullante retorciéndose, como un pulpo gigante de cuatro tentáculos, entre arroyuelos de sangre, carne cruda, viscosa y amorfa mezclada con astillas de huesos rotos”. Después se desataba e introducía entre los radios de la gran rueda horizontal al extremo de un poste que después se alzaba. Los cuervos y otros animales arrancaban tiras de carne y vaciaban los ojos de la víctima hasta que a ésta le llegaba la muerte.
4.- La Cuna de Judas
En este procedimiento la víctima es izada de la manera que se puede ver en la ilustración adjunta y descendida sobre la punta de la pirámide; de tal forma que su peso reposa sobre el punto situado en el ano, en la vagina, bajo el escroto o bajo el coxis . El verdugo, según las indicaciones de los interrogados, puede variar la presión desde nada hasta todo el peso del cuerpo. Se puede sacudir a la víctima o hacerla caer repetidas veces sobre la punta.
5.- El Desgarrador de Senos
Ya frías o incandescentes, las cuatro puntas desgarraban hasta convertir en masas informes los senos de incontables mujeres condenadas por herejía, blasfemia, adulterio y muchos otros "actos libidinosos", aborto provocado, magia blanca erótica y otros delitos. En varios lugares en diferentes épocas en determinadas regiones de Francias y Alemania hasta el siglo XVIII un "mordisco" con dientes al rojo vivo se aplicaba a uno de los pechos de las madres solteras, a menudo mientras sus criaturas se contorsionaban en el suelo salpicadas por la sangre materna. Además de la función punitiva, el desgarramiento de senos servía como procedimiento inquisitorial y judicial. El caso mas famoso es el de Ana Pappenheimer. Que después de ser torturada con el "strappado", Ana fue despellejada y rasgadas sus carnes con tenazas candentes y al rojo vivo, sus pechos se los cortaron, y una vez ensangrentados fueron dados por la fuerza a sus hijos, ya crecidos, en la boca.
6.- La Doncella de Hierro
Es un envase, caja cerrada, similar a un ataúd que estaba parado íntegramente y cerrado firmemente. En uno de sus lados una puerta y sobre ella se añadieron unos pinchos. Se colocaban a las víctimas paradas allí dentro, cuando la puerta con sus pinchos se cerraba, éstos últimos se dirigían a los cuerpos de las víctimas. Las garras no fueron diseñadas para matar, francamente, pero sin embargo la víctima podía disfrutar de su nuevo hogar varios días antes de morir.
7.- El Toro de Falaris
Se atribuye la quema de seres humanos dentro de la efigie de un toro a Falaris, tirano de Agrakas (la actual Agriento, en Sicilia), que murió en el año 554 a.C.
Los alaridos y los gritos de las víctimas salían por la boca del toro, haciendo parecer que la figura mugía.
8.- El Potro
La víctima es atada al instrumento y estirada rápidamente o gradualmente por periodos de días. Se reportaron casos de cuerpos estirados hasta doce pulgadas como resultado de la sistemática dislocación de cada cuyuntura del cuerpo, fuertes ruidos de huesos dislocados, gritos de agonia y futiles pedidos de misericordia retumbaban por el taller del inquisidor. Con el prisionero atado a este horrible aparato, el inquisidor también usaba un variedad de torturas mas sutiles.
9.- La Silla de Interrogatorios
Se trataba de un utensilio básico del inquisidor El efecto de los pinchos sobre la víctima, siempre desnuda, es evidente y no necesita comentarios. Ésta sufre atrozmente desde el primer instante del interrogatorio, que puede ser más intenso si se aplican sacudidas o golpes en brazos, piernas u otras partes del cuerpo. El asiento era muchas veces de hierro, de manera que se podía calentar con un brasero o una antorcha. Hoy en día esta función la realiza la electicidad.
10.- Uñas de Gato
Grandes casi como cuatro dedos de hombre, estos artefactos, montados encima de un mango, se usaban para reducir a tiras la carne de la víctima y extraerla de los huesos, en cualquier parte del cuerpo: abdómen, espalda, extremidades, senos, etc.
11.- La Garrucha
Consistía en amarrar al preso con los brazos hacia atrás, colgarlo y subirlo lentamente. Cuando se encontraba a determinada altura era soltado bruscamente, sujetándosele fuertemente antes de que tocase el piso. El dolor producido en ese momento era mucho mayor que el originado por la subida. Si el preso no confesaba en la segunda estrapada, le colocaban un sobrepeso en los pies a fin de aumentar el dolor.
12.- El Arañado
El arañado era la versión femenina de la uña de gato. Esta forma de tortura era muy similar al "masectomy". La araña era un trozo de hierro, en rodillo, con filo en forma de tenedor y se lo colocaba en los pechos. Nuevamente, ésta era una tortura muy exclusiva para las mujeres.
13.- Collar de Púas Punitivo
Está provisto de pinchos en todos los lados. El instrumento de la fotografía pesa más de cinco kilos, se cerraba en el cuello de la víctima, y a menudo se convertía en un medio de ejecución: la erosión hasta el hueso de la carne del cuello, hombros y mandíbula, la progresiva gangrena, la infección febril y la erosión final de los huesos, sobre todo de las vértebras descarnadas conducen a una muerte segura, atroz y rápida. Aparte de esto, el collar presentaba la ventaja de economizar tiempo y dinero: su función es pasiva y no requiere el esfuerzo, ni por tanto el pago, de un verdugo; "trabaja" por sí mismo, día y noche, sin descanso, sin problemas y sin manutención. Por ésta razón todavía es utilizado en algunos sitios.
14.- El Aplasta Cabezas
La barbilla de la víctima se coloca en la barra inferior y el casquete es empujado hacia abajo por el tornillo. Primero se destrozan los alvéolos dentarios, después las mandíbulas, hasta que el cerebro se escurre por la cavidad de los ojos y entre los fragmentos del cráneo. Esto aseguraba que el diablo saldría de la cabeza del acusado.
15.- La Cigueña
Éste es otro de los instrumentos de tortura que a primera vista no da fe de los sufrimientos que es capaz de crear, porque su misión no es únicamente la de inmovilizar a la víctima. A los pocos minutos de su utilización sobre la persona, ésta sufre fuertísimos calambres, primero de los músculos abdominales y rectales, luego de los pectorales, cervicales y de las extremidades. Con el paso de las horas, estos calambres conducen a un contínuo e insufrible dolor en abdomen y recto. En tal situación, la víctima solía ser golpeada, pateada, quemada y mutilada a placer.
16.- La Horquilla o el Tenedor de los Herejes
Con cuatro puntas afiladísimas que se clavaban profundamente en la carne bajo la barbilla y sobre el esternón, la horquilla impedía cualquier movimiento de la cabeza, pero permitía que la víctima murmurase, con voz casi apagada, "abiuro" (palabra que se halla grabada a un costado de la horquilla). En cambio, si éste se obstinaba o si la Inquisición era española, el hereje considerado "impenitente", se vestía con el traje característico y se le conducía a la hoguera, pero con la condición de la Extremaunción; si el inquisidor era romano, se le ahorcaba o quemaba, sin el beneficio del traje pero siempre con el rito cristiano.
17.- La Tortura del Agua
Estandarizado en Francia pero usado a través de la cristiandad la tortura mantenia al procesado totalmente inmovilizado sobre una mesa de madera, le colocaban una toca o un trapo en la boca, deslizándolo hasta la garganta; luego, el verdugo procedía a echar agua lentamente, produciéndole al infeliz la sensación de ahogamiento. Una variación incluía alimentar a la víctima solamente con alimentos salados y agua sucia.
18.- El Aplasta Pulgares
También conocido como pinniwinks, éstas herramientas hicieron lo mismo que "Las Botas", pero en los de los pies y las manos. El instrumento aplastaba la raíz de las uñas hasta que la sangre saliera a chorros. En el año 1629 en Prossneck, Alemania, dejaron a una mujer con éstos tornillos puestos de diez de la mañana a la una de la tarde mientras que el torturador y sus colaboradores fueron a almorzar. Le aseguramos que la victima se acordo del señor cada minuto de su agonía.
19.- El Garrote
Este tipo de muerte era reservada para aquellos que tenian dinero y podían pagar para no morir tan dolorosamente en la hoguera o para las víctimas cuya sentencia a la hoguera ya había sido leída pero que, después de dicha lectura, se arrepintieron. Con esto se les evitaba morir quemados vivos y todos los dolores atroces que implicaba. Además obtenian el perdón de sus pecados, lo que si bien no les servía para salvar sus vidas , si les era útil para "salvar" sus almas. Originalmente el garrote eran una especie de poste vertical con un agujero a través de ellos. La víctima se paraba o se sentaba delante del poste se colocaba una cuerda alredor de su cuello. Los extremos de ésta cuerda eran tiradas a través del agujero del poste y el ejecutor al “tirar” de esa cuerda estrangulaba lentamente a la víctima. Algunos determinaron hacer algo mas creativo y colocaron un pincho, una punta que sería conducida al cuello de la víctima, y cuando comenzaba el estrangulamiento partía las vértebras. A veces un cuchillo era utilizado en vez del pincho.
20.- Látigos de Cadenas
No se necesitan comentarios para describir estos artilugios, que parecen más armas de guerra que instrumentos de tortura; sin embargo, látigos más o menos similares pero en gran variedad con 2, 3 y hasta 8 cadenas, provistas de muchas estrellas, o bien hojas de acero cortantes se usaban, y en cierta medida aún se usan, para flagelar el cuerpo humano.
21.- El Tuburete de Sumersión
Las brujas eran sentadas en taburetes y atadas con correas, que colgaban de un extremo para que se balancearan y tambolearan. Las víctima era sumergida en un río o charco. No solo que las temperaturas heladas podía matarlas, sino que se las sumergía y se las levantaba por lapsos de cinco minutos o mas. El "taburete del pato" fue utilizado en América para las brujas, y en Gran Bretaña para castigar a pequeños criminales y prostitutas.
22.- El Cepo
La víctima, con las manos y pies aprisionados en las aberturas correspondientes, era expuesta en la plaza pública, donde la chusma, en el mejor de los casos, le provocaba, abofeteaba y embadurnaba con heces y orina, sustancias procedentes de orinales y pozos ciegos que se le emplastaban en boca, orejas, nariz y pelo; pero en muchas ocasiones era también golpeada, lapidada, quemada, lacerada e incluso gravemente mutilada. También las incesantes cosquillas en las plantas de los pies y en los costados llegaban a convertirse en una tortura insoportable. Sólo los transgresores más inocuos podían esperar librarse con no más de unos pocos cardenales. Esta tortura fue utilizada por catolicos y protestantes por igual.
23.- La Tortuga
Comprimir o triturar bajo una madera con peso encima (tambien llamado la tortuga) era un método común entre los ingleses. En esta foto del siglo XVI se muestra la "tortuga" con su variación de la "balanza", un tronco puesto en la espalda de la víctima para que el espinazo se quebrara bajo el peso.
24.- La Turca
Las turcas son un instrumento de tortura. Es un tornillo de banco simple, con pernos que sobresalen en las superficies interiores. Se colocaban los pulgares o los dedos de la víctima en el tornillo de banco y se aplastaban lentamente y se arrancaban las uñas. Las turcas también se aplicaban para arrancar las uñas de los dedos de los pies de los prisioneros.Este método de tortura fue ideado para arrancar las uñas. En 1590 y 1591 Juan Fian fue sujeto a esta y otras tantas torturas en Escocia. Después que sus uñas fueron arrancadas le clavaron clavos en su lugar.
25.- Cinturón de San Erasmo
Los orígenes de su denomimación son inciertos, puesto que no se conocen las circunstancias del martirio de San Erasmo/Eramo/Elmo en el 303 d.C.; probablemente se trata de una alusión al "fuego de Santelmo", espectacular fenómeno electromagnético que parece revestir de fuego y centellas los palos de los veleros en ciertas condiciones atmosféricas. El uso y los efectos de este artefacto son evidentes y no necesitan comentarios.
26.- Las Botas o el Aplasta Piernas
Las bootikens (o botas) o cashielaws era un "ingenioso" dispositivo que consistía en cuñas que se aplicaban a las piernas de los tobillos a las rodillas. El torturador utilizaba un martillo para golpear las cuñas hacia dentro. Mientras que el espacio existente entre las cuñas comenzaba a cerrarse, el espacio de ésta manera comenzaba a achicarse y el instrumento comenzaba a punzar las piernas de tal manera que las cuñas comenzaban a entrar en la carne y provocaba el estallido de los huesos y la salida la médula por las inciciones.
27.- Atadura
Esta forma de torturar era muy específicamente para mujeres. Implicaba atar un palo en el pelo de la mujer y torcer, torcer y torcer de éste. Cuando los brazos de inquisidor se cansaban, le encomendaría ésta tarea a sus "amigos" o colaboradores mientras se contemplaba a la víctima de abajo. No solo que el pelo sería desgarrado, sino que muy a menudo se podía observar que el cuero cabelludo estaba abierto exponiéndose el casquillo del craneo. Como era de esperar, solamente a las mujeres con pelo largo o grueso se le practicaba este método de tortura.
28.- La Picota en Tonel
Era una especie de vergüenza pública que se aplicaba sobre todo a los borrachos. Había dos clases de "picotas en tonel": las que tenían el fondo cerrado, en las que la víctima se colocaba dentro, con orines y estiércol o simplemente con agua podrida, y las abiertas para que las víctimas caminaran por las calles de la ciudad con ellas a cuestas, lo que les producía un gran dolor debido a su gran peso.
29.- Máscaras Infamantes
Estos artilugios, que existían con gran profusión de formas fantasiosas y, a veces, francamente artísticas, desde 1500 hasta 1800, se imponían a quienes habían manifestado imprudentemente su descontento hacia el orden, contra las convenciones vigentes, contra la prepotencia del poder o, de cualquier forma, contra el estado de las cosas en general. A través de los siglos, millones de mujeres, consideradas "conflictivas" por su cansancio de la esclavitud doméstica y los continuos embarazos, fueron humilladas y atormentadas; así el poder eclesiástico exponía el escarnio público a los desobedientes y a los inconformistas. La Iglesia castigaba una larga lista de infracciones menores mediante este método.
30.- Los Azotes
El prisionero era inmovilizado en el cepo de las manos y del cuello, dejando desnuda su espalda, en donde le aplicaban la cantidad de azotes que determinase el Tribunal. Su número variaba entre 50 y 200, dependiendo de la gravedad de las faltas cometidas y la consistencia física del encausado. El castigo del azote, a diferencia de los otros, no se aplicaba para obtener la confesión sino como parte de la sentencia, en los casos en que se había determinado la culpabilidad de los reos en faltas graves.
31.- La Mordaza o Barbero de Hierro
Éste artilugio sofocaba los gritos de los condenados para que no estorbaran la conversación de los verdugos. La "caja" de hierro del interior del aro es embutida en la boca de la víctima, y el collar asegurado a la nuca. Un agujero permite el paso del aire, pero el verdugo lo puede tapar con la punta del dedo y provocar la asfixia.
32.- Sangrado
Se creía que la fuerzas de la brujas podrían ser controladas al hacerlas sangrar. Esto implicaba rebanar o abrir a la víctima en la cara o cerca de una vena importante. Acusados sometidos a esta tortura perdían rápidamente sangre y se desmayaban debido a esto, comprobando que el acusado era asistido por el demonio al sacarle el alma del cuerpo para que no sufriera.
33.- Tubo o Barril de la Muerte
El tubo de la muerte fue uno de los instrumentos más crueles de tortura medieval. Básicamente, una persona con la cara untada de miel era atada dentro de un barril para que no pudiera escapar, por lo que las moscas y otros insectos eran atraídos hacia la persona, donde comían la miel y se metían por las aberturas de la cara. A los prisioneros torturados de esta manera se les daba comida y agua para mantenerlos con vida. Con el tiempo, la persona quedaría en sus propios excrementos corporales, donde se depositarían gusanos que irían comiendo el cuerpo de la persona a medida que se deteriorara, aún viva.
34.- La Jaula de la Muerte
La jaula de la muerte era una técnica de tortura muy temida en la Edad Media. En este método, la víctima era colocada dentro de una jaula de metal hecha aproximadamente con la forma de un cuerpo humano. Los torturadores podrían obligar a las víctimas con sobrepeso a entrar en un dispositivo más pequeño o incluso hacer que el "ataúd" sea un poco más grande que el cuerpo de la víctima para hacerla sentir más incómoda. Luego se colgaba la jaula de un árbol o de una horca. Los delitos graves, como la herejía o la blasfemia, se castigaban con la muerte dentro de la jaula donde se colocaba a la víctima al sol, permitiendo que los pájaros o animales comieran su carne. En ocasiones, los espectadores arrojaban piedras y otros objetos para aumentar aún más el dolor de la víctima.
35.- Las Tijeras de Cocodrilo
Las tijeras de cocodrilo eran un instrumento de tortura utilizado en la Europa medieval y normalmente reservado para aquellos que cuestionaban la autoridad. Así, las tijeras estaban hechas de hierro y se basaban en el concepto de tenazas, pero en lugar de mandíbulas o hojas estándar, las tijeras de cocodrilo terminaban en un par de hojas semicilíndricas que, al cerrarse entre sí, formaban un tubo largo y estrecho. El interior de las hojas estaba generosamente revestido de dientes o púas. Luego, después de calentarlas al rojo vivo, se utilizaron las tijeras de cocodrilo para arrancar el pene del cuerpo del prisionero; o al menos infligir dolor además de una hemorragia arterial grave y la muerte.
36.- La Bota de Muerte o Bota Española
Entre las torturas medievales, existen muchas variaciones tanto de la bota malaya como de la bota española. Sin embargo, todos ellos tenían como objetivo causar traumatismos graves en las extremidades inferiores del cuerpo. La mayoría de las veces, la bota era un dispositivo de presión hecho de madera o metal que se podía apretar para perforar la pierna y el pie, además de estar revestido con púas afiladas capaces de incluso romper huesos..
37.- El Burro Español
El burro español era un aparato formado por un tablero principal cortado con una cuña en la parte superior sujeta a dos vigas transversales. Luego se colocaba a la víctima desnuda en el centro, como si estuviera montada en un burro, y se le colocaban varias pesas en los pies. Como resultado, el instrumento podía “afinarse” con pesos más ligeros o más pesados. Según los historiadores, en determinadas ocasiones, la cuña cortaba por completo a la víctima debido al inmenso peso que se depositaba sobre sus pies..
38.- La Limpieza del Alma
En aquellos tiempos, si había algo muy importante para el clero, era que todos tubiesen su alma limpia. Pero muy por el contrario, habían brujas y muchas personas "impuras". Viendo esto la iglesia decide purificar el alma del afectado, y no encuentra nada mejor que hacerle beber o comer cosas ardiendo. Entre las cosas que se les hacían beber se encuentra: agua hirviendo, jabón hirviendo, aceite hirviendo, hierro fundido, entre otras. Normalmente este método se utilizada cuando la persona había admitido su delito, muchas veces luego de haber sido torturados de diversas formas. Es en esta época es donde nace el dicho "lávate la boca con jabón", pues, la otra única forma de lavarte la boca era con sustancias hirviendo.
39.- Empalamientos
Fue lejos unos de los métodos más utilizados. Consiste en una estaca que atraviesa a la victima desde el ano (a veces desde los costados o la vagina) hasta la boca. En las mujeres fue ampliamente utilizado el empalamiento doble, donde le enterraban una estaca por el ano y otra por la vagina. Muchas veces se calentaba la estaca antes de ser utilizada, causando mucho más dolor. Este método era utilizado como escarmiento publico, ya que los cuerpos eran dejados en plazas o lugares centrales, para que todos los pudiesen ver. En la mayoría de los casos las victimas morían cuando la estaca iba por la mitad, pero se dió también el caso de algunas personas que llegaron a vivir un día empalados.